6 Consejos para combatir la agresividad infantil con amor

6 Consejos para combatir la agresividad infantil con amor

La agresividad infantil por extraño que se lea, no siempre es sencilla de detectar y menos aún de parar porque los padres muchas veces viven la negación del síntoma o conducta agresiva del niño justificando que es “cosa de niños”.

Dicen que “niño ve, niño hace” (por supuesto que esto incluye a las niñas), y ser o comportarse agresivos no es la excepción y en temas de agresividad definitivamente (sea cual sea la causa, el grado o el motivo) no es una cosa de niños.

La agresividad infantil por extraño que se lea, no siempre es sencilla de detectar y menos aún de parar porque los padres muchas veces viven la negación del síntoma o conducta agresiva del niño justificando que es “cosa de niños”. Pero, que un niño de una cachetada o muerda a su madre, de patadas a su padre, grite a sus hermanos, o que una niña le pegue a su compañero de clase (sin importar la razón), son comportamientos agresivos, es agresividad infantil.

El ejemplo de los cuidadores principales de los niños (padres, maestros, abuelos, nanas…) y la dinámica familiar influyen mucho en el desarrollo de esta conducta, lo mismo que el tipo de disciplina aplicada a los hijos, el estilo de crianza inadecuado (autoritario y severo o permisivo y demasiado indulgente), la relación tensa entre los padres, un ambiente de rechazo o la falta de conexión emocional con los padres, el ser ignorados o sobre protegidos con una alta exigencia adulta, el no tener un cuidado cercano y amoroso también influyen de manera negativa.

Cualquiera sea la causa de la agresividad infantil es fundamental intervenir siempre que se dé, a fin de evitar que se instaure como hábito o se transforme en conductas antisociales en el futuro (que ojo, ya en si misma la agresividad, infantil o adulta es una conducta antisocial).

Los especialistas coinciden en afirmar que ninguna agresión puede ser pasada por alto. Proponen actuar con mucha calma, paciencia y firmeza para mostrarle al niño que está causando daño y que no está permitido lastimar ni ser vulnerado en casa ni en ningún otro lugar. La agresividad no se permite (o no debe permitirse) ni de ida ni de vuelta.

6 consejos a tener en cuenta para corregir la agresividad infantil con amor:

1. Antes de pensar en castigos, enseña a tu hijo a manejar sus emociones. Si reaccionas de forma violenta, solo reforzarás la conducta agresiva y aumentarás su ansiedad. Violencia genera violencia. 

2. Recurre al “tiempo fuera”. Consiste en enviar al niño a un espacio previamente establecido donde podrá reflexionar sobre lo sucedido y calmarse. No se trata de intencional aislar al niño a manera de consecuencia, sino de sacarlo de la situación para darle un espacio de reflexión y consciencia sobre lo sucedido.

3. Predica con el ejemplo. Un niño necesita de sus padres un modelo en el manejo de la frustración. Si uno de los dos permite todo y el otro nada, eso confundirá al niño y quizá se rebele. Pon atención a tus arranques de ira, celos, enojo, frustración, a cómo manejas y nombras tus emociones… no lo olvides, quizá los niños no siempre escuchan, pero siempre observan…

4. Ayuda al niño frustrado a entender lo que siente, sugiriéndole alternativas para controlar su ira o molestia. Por ejemplo, si tu hijo quería subirse a un columpio y otro niño se lo gana, proponle otra actividad, como ir a la resbaladilla. Ofrecer alternativas, opciones, suele funcionar, pero también importa explicarle que hay turnos, que hay que esperar el propio, que no siempre se gana, etc.

5. Reconoce las buenas acciones de tu hijo, otorgándole estímulos no materiales como abrazos, felicitaciones y reconocimientos, que sean privados y públicos. A los niños les gusta sentirse reconocidos, amados, contenidos y arropados con palabras lindas y gestos de amor.

6. Crea un clima familiar de confianza y comparte tiempo de calidad con tu familia. Esto ayudará a los niños a expresar sus emociones.

A veces el coraje excesivo de los niños requiere más acción que la disciplina de los padres. Si tu niño parece comportarse agresivamente la mayor parte del tiempo, si parece asustar o molestar a otros niños, o si tus intentos de aliviar la situación no parecen tener mucho efecto, busca ayuda, pregunta, trata de canalizar esto con alguien que tenga experiencia al respecto: el niño que violenta ha sido o termina por ser violentado y también, si ha sido agresivo trata de que ofrezca disculpas en otro mejor momento.

 

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