Cuando la lactancia engorda
Uno de los beneficios que mas “venden” o “convencen” a ciertas mujeres de iniciar o de mantener la lactancia es que se recupera la talla, o se pierde peso o que la lactancia adelgaza porque quema las grasa extra que ganamos en el embarazo, pero… ¿Porqué a veces “la lactancia engorda”?.
Gran parte del contenido nutrimental de la leche materna es grasa, que ayuda al bebé a crecer y amamantar por lo tanto, supone un consumo calórico adicional en el metabolismo de la mujer y la consecuencia natural debería de ser adelgazar…, pero hay mujeres que experimentan lo contrario y al amamantar no solo no adelgazan sino que suben de peso o engordan.
La sola producción de leche materna hace que el cuerpo consuma unas 550 kcal al día (aproximadamente), que son el equivalente a ejercitarse una hora. La lógica es entonces que la lactancia ayuda a perder el peso extra ganado durante los últimos meses o semanas del embarazo, sumado a un régimen nutricional sano y quizá a la actividad física.
Pero hay factores adicionales que impiden perder peso a pesar de quemar calorías diariamente, por estos factores es que muchas mujeres que están amamantando no bajan de peso, sino que, por el contrario, lo ganan…, los factores son:
Con esos factores, lo que tiende a suceder es que el exceso de azúcar en el cuerpo provoca un aumento de producción de insulina para recoger de la sangre el excedente de glucosa, eso da la sensación de falta de energía que lleva a consumir más azúcar (más azúcar, más insulina, más insulina, más sensación de hambre, a más sensación de hambre, más azúcar…), etc.
Así, como en cualquier otro momento de la vida cuando se desea perder peso, la lactancia solo va a funcionar para adelgazar si no se compensan las calorías que se consumen cuando se da el pecho. Una posible solución para no caer en momentos de hambre excesiva que provocan una alimentación alta en azúcares refinados y harinas procesadas es comer varias veces al día, (5 veces mínimo), con alimentos que sean altos en proteína y bajos en carbohidratos y mantenerte hidratada mínimo con 2 litros de agua natural al día.
Engordar lactando se debe a malos hábitos de alimentación por un lado, y/o por alguna falla endócrina por el otro, es decir; las hormonas juegan un papel importante. Durante la lactancia suele ausentarse el ciclo menstrual (al menos los primeros meses), porque los niveles de estrógenos son muy bajos, esto provoca que se retengan líquidos, que el metabolismo se alenté y que se gane peso.
Otra posible situación hormonal es la “tiroiditis posparto”, una inflamación de la glándula tiroides, esto puede provocar un exceso de pérdida de peso o bien (como les pasa a muchas), un hipotiroidismo con sus síntomas: cansancio, aumento de peso y depresión (que puede confundirse con depresión posparto). El embarazo puede desequilibrar la tiroides y provocar cambios importantes en el peso sin que exista un buen diagnóstico.
El peso no es solo una cuestión de estética, es un tema de salud. Es algo que debemos vigilar para tener una mejor calidad de vida, para sentirnos saludables y con energía, para poder cuidar mejor de nosotras mismas y de nuestros hijos. Si es tu caso (subir de peso mientras estás amamantando), consulta a un experto, busca apoyo y ayuda con tu alimentación, trata de aumentar tu actividad física, te va a costar trabajo porque la lactancia en sí misma es demandante, pero piensa que es un regalo para ti, es algo que te mereces: estar sana, saludable y contenta con tu piel y tu cuerpo, es algo posible.