En países con hambruna, o en peligro de sufrirla, 27 millones de personas carecen de agua potable

En países con hambruna, o en peligro de sufrirla, 27 millones de personas carecen de agua potable

Para las niñas y los niños gravemente malnutridos, la falta de agua es tan letal como la falta de alimentos…

En países con hambruna, o en peligro de sufrirla, 27 millones de personas carecen de agua potable. Según declaraciones de UNICEF, la escasez del agua, la precariedad del saneamiento, las malas prácticas de higiene y el brote de enfermedades constituyen una amenaza más para las niñas y los niños gravemente malnutridos en el noreste de Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.

En los cuatro países amenazados por la hambruna, cerca de 27 millones de personas dependen de fuentes de agua que no son seguras, lo que podría ocasionar enfermedades diarreicas fatales para los niños malnutridos.

“La combinación de la malnutrición, el agua sucia y los sistemas de saneamiento precarios forma un círculo vicioso del que muchos niños jamás se recuperarán”, asegura Manuel Fontaine, Director de Programas de Emergencia de UNICEF. “Dado que el agua insegura puede ocasionar o empeorar la malnutrición, por mucho que un niño malnutrido coma, nunca se recuperará si el agua que bebe no es segura”.

En el noreste de Nigeria, el 75{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} de las infraestructuras de agua y saneamiento en las zonas afectadas por el conflicto están destruidas o dañadas, lo que bloquea el acceso a fuentes de agua segura a 3.8 millones de personas. Las familias desplazadas están ejerciendo una gran presión en los ya debilitados sistemas de agua y salud de las comunidades anfitrionas. Una tercera parte de las 700 instalaciones de salud de Borno, el estado en peores condiciones, han quedado completamente destruidas y una cifra similar ha dejado de funcionar.

En Somalia, se estima que el número de personas que necesitarán acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene en las próximas semanas aumentará de 3.3 millones a 4.5, lo que representa un tercio de la población. Muchas fuentes de agua se han secado o están contaminadas; hay pocas instalaciones sanitarias y las enfermedades asociadas al agua se han disparado. Desde que comenzó el año se han registrado más de 13,000 casos de cólera y diarrea líquida aguda, casi cinco veces más que en el mismo periodo el año pasado. El precio del agua se ha multiplicado por seis en las zonas más aisladas y ha quedado fuera del alcance de las familias más pobres.

En Sudán del Sur, 5.1 millones de personas carecen de agua segura y servicios adecuados de saneamiento e higiene. La mitad de las fuentes de agua del país están dañadas o destruidas. Como resultado de un clima estacional seco, está creciendo la lucha entre personas y animales por el agua en las capas freáticas; esto ocasiona que las escasas fuentes de agua se utilicen en exceso. La falta de instalaciones de saneamiento adecuadas y la precariedad de las prácticas de higiene están propagando enfermedades. En junio de 2016 hubo un brote de cólera que registró más de 5,000 casos y 100 muertes.

En Yemen, el conflicto existente y los desplazamientos en masa de la población han dañado las infraestructuras hídricas y han dejado, al menos, a 14.5 millones de personas sin agua potable ni servicios de saneamiento e higiene básicos. En octubre de 2016 hubo un brote de cólera y diarrea líquida aguda que, aún en la actualidad, sigue propagándose: 106 personas han muerto y hay 22,500 casos de posibles contagios. Casi dos millones de niños están en peligro de sufrir enfermedades diarreicas, las cuales, incluso antes del conflicto, eran la segunda causa de muerte entre niños menores de cinco años. El sistema de salud primaria del país está al borde del colapso y, como consecuencia, la vida de millones de niños está en peligro.

La respuesta de UNICEF y sus aliados en los cuatro países afectados incluye:

“Estamos trabajando incansablemente para salvar tantas vidas como nos sea posible, lo más rápido que podamos”, declaró Fontaine. “A menos de que logremos poner fin a los conflictos que azotan a estos países, que obtengamos acceso sostenido e ilimitado para brindar atención a los niños que necesitan ayuda y que consigamos más recursos, nuestros mayores esfuerzos no serán suficientes”.

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Acerca de UNICEF en México:

Desde hace 70 años, en UNICEF promovemos los derechos y el bienestar de todos los niños, niñas y adolescentes en todo lo que hacemos. Junto a nuestros aliados, trabajamos en más de 190 países y territorios para transformar este compromiso en acciones prácticas que beneficien a todos los niños, niñas y adolescentes, centrando especialmente nuestros esfuerzos en llegar a los más vulnerables y excluidos, en todo el mundo. En México, UNICEF tiene 62 años, promoviendo y protegiendo los derechos de la infancia. Conjuntamente con el gobierno y la sociedad civil, busca establecer las condiciones necesarias para superar la pobreza, la desigualdad y la discriminación. Las actividades que apoya UNICEF en México se financian en su mayoría a través de contribuciones y donaciones voluntarias de individuos y de empresas.

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