Equilibrio entre poner límites y ser permisivo
Es muy importante llegar a un balance y platicar siempre en pareja lo que pensamos y consideramos que implica una buena formación para nuestros hijos.
Numerosos estudios afirman que los 2 primeros años de un niño son cruciales para su vida en todos los sentidos: en esta etapa, se forjan los cimientos de su salud física e incluso mental. Una investigación realizada por la Dra. Cristina Rinaldi en la Universidad Alberta arrojó que la personalidad de los niños comienza a delinearse desde esta tierna edad, y que el comportamiento de los padres es crucial para ello.
Rinaldi hace énfasis en que si bien la mayoría de las investigaciones de este tipo toma en cuenta siempre el papel de la madre, es el papel de ambos padres el que es clave en el desarrollo físico, mental y emocional de los niños. Los hallazgos del estudio hacen énfasis en que los patrones demasiado estrictos o demasiado indulgentes, son una especie de shock que provoca subsecuentes comportamientos erráticos y disfuncionales en los infantes.
El primer patrón está relacionado con la figura paterna y está inspirado en un sistema normativo y de “formación” que culturalmente está representado en el padre. El segundo patrón describe al rol materno que socialmente representa “lo permisivo”, la comprensión y el cariño más tierno; cuando no hay un balance entre estas conductas los niños tienden a tener comportamientos negativos que se traducen en berrinches y rabietas manipuladoras. “La clave está en ser ecuánime en nuestras actitudes”, dijo Rinaldi.
No podemos mimarlos todo el tiempo, los niños necesitan estructuras desde un principio, sin que estas lleguen a ser intransigentes o autoritarias. Es muy importante llegar a un balance y platicar siempre en pareja lo que pensamos y consideramos que implica una buena formación para nuestros hijos.