La niña de papá
En la actualidad tenemos la inmensa ventaja y posibilidad de que los papás se involucren cada vez más con sus hijos desde el embarazo y el nacimiento, sin confundir su rol.
Para mi tener un blog es la oportunidad de compartir información, anécdotas, propuestas, experiencias, muchas ideas y otros tantos sentimientos y emociones, pienso que es como escribir una carta de amor, meterla en una botella y echarla al mar para que luego alguien la descubra y lea el contenido y entonces, el amor de la carta haga su efecto, menciono esto porque esta vez quiero contarles una vivencia personal con la esperanza de que alguien descubra mi mensaje en la botella y nuestros corazones se hablen a la distancia…
Soy madre de tres niños y de una niña y nunca antes he sentido tanta claridad de lo mucho que un hijo y una hija pueden necesitar a su papá… y es que recién yo he perdido al mío. La naturaleza dicta que a un bebé lo conciben dos personas de sexo diferente y la crianza por lo tanto, de manera general, lleva esa combinación de lo que aporta mamá y de lo que aporta papá, mi intención es hablarles de lo segundo, porque en temas de maternidad siempre hay mucho, pero de paternidad no tanto.
Tengo la fortuna como quizá muchas mujeres de tener un padre extraordinario, un papá amoroso, constante, presente, admirable en muchos sentidos para mí y él siempre ha dicho que las hijas son de los papás y yo he pensado que un hombre que tiene una hija jamás estará solo y no me refiero a la pertenencia machista o feminista de un sexo sobre de otro, sino a esa naturalidad que existe de encontrar el amor, la seguridad, la confianza, el respaldo y la comprensión en papá. Y es que el papá aporta elementos y sentimientos en la crianza que son únicos, naturales y propios de ser hombre y es verdad que madre solo hay una, pero un padre involucrado en la crianza de los hijos es irremplazable.
En la actualidad tenemos la inmensa ventaja y posibilidad de que los papás se involucren cada vez más con sus hijos desde el embarazo y el nacimiento, sin confundir su rol porque los papás no tienen, ni deben ser mamás, cada uno se relaciona diferente y aporta cosas distintas a la formación de un hijo o de una hija, un papá presente eleva la calidad de vida emocional de un niño, lo que permite que tengan un mejor desarrollo físico y mental, una mejor autoestima y que adquieran diversas habilidades sociales, el papá que participa en el cuidado de sus hijos conoce y se involucra con sus necesidades personales más allá de ser solo un proveedor económico, se convierte en un eje de crecimiento, una persona que brinda apoyo y seguridad en las diferentes etapas de desarrollo, más aún cuando participa en las tareas cotidianas del hogar y en las actividades de sus hijos, lo que le permite conocer sus intereses, apoyar sus proyectos, se trata de un papá que es y que está y eso nunca lo olvida un niño al crecer, es algo atesorará para siempre en su corazón y que será una gran influencia para cuando llegue el tiempo de cuidar y criar a sus propios hijos.
Cuando se trata de un papá que tiene niña o niñas, la historia es todavía más profunda, porque papá es muchas veces el primer verdadero amor incondicional de una hija, se vuelve un referente de lo que ella debe esperar y recibir de un hombre, es quien cuida y protege tus sueños de niña y cuando está en sus manos hace que esos sueños se vuelvan realidad, papá representa esa figura fuerte y a la vez dulce que buscas cuando tienes miedo, es el confidente perfecto que presta oídos curiosos, te mira con admiración y te hace sentir consciente de tu belleza por primera vez, es el hombre que reconoce todas tus fortalezas y capacidades, cree en ti de manera espontánea y natural, te da su tiempo y su espacio para hablar del mundo cotidiano, de las cosas que muchas personas no hablan con una niña, papá es quien te celebra y ama igual si un día amaneces princesa o simplemente amaneces no tan contenta…, puede ser una fuente de conocimientos inagotable, alguien que todo lo sabe, que todo lo puede, quién llega siempre a tiempo o simplemente no se va, si papá está cerca, puede reconocer los colores de tu ánimo de niña, guardar tus secretos de hadas, de cuentos; guardar tus pequeñas cosas en sus bolsas y tomarte de la mano siempre, aún cuando no sea necesario; papá es quien regresa o está en casa con un regazo firme, tibio, estable; es quien tiene el consejo a tiempo, certero; quien no hace juicios si sabe tus secretos, quien cuenta cuentos y baila contigo como si fueras una mujer; quien descubre a la mujer que hay en ti antes de que se manifieste; papá puede secar tus lágrimas y quitarte algunos obstáculos en el camino, papá es quien te carga a pesar de que has crecido; quien te mira dormida aunque no lo estés; quien alborota tu corazón al llegar a casa; papá es los ojos que buscas cuando necesitas afirmar o confirmar algo; quien te habla como el hombre que es sobre las cosas importantes de la vida… y así podría seguir con una lista infinita de las cosas que hace y representa papá cuando está presente…
Yo tengo muchísimos recuerdos como esos, momentos que viví con mi papá y que definieron mi persona, mi padre está no solo en mi memoria celular y mental, está en mis gestos, en muchos de mis pensamientos, lo veo en las cosas que hago, lo escucho en las frases que construyo, lo consulto en mis nuevos proyectos, mi papá forma parte de mi carácter y de lo que espero en la vida, mi papá estuvo y está conmigo en la crianza de mis hijos y en muchos de los momentos más importantes de mi vida.
Con ojos nuevos veo a mi hija emocionarse y derretirse de amor cada vez que su papá está cerca, llega o pasa tiempo con ella, la veo captar su atención y su amor como un imán, veo a mi esposo amándola y cuidándola, temiendo por tiempos y situaciones que aún no llegan, la observo como obtiene cada cariño sin mesura y como entrega lo mismo de regreso a papá; los veo y sonrío, la verdad es que la miro a ella y me miro a mi, veo a mi niña interior amando y disfrutando a mi padre, me siento agradecida por ella y por mí, por contar con ese amor e involucramiento de un papá amoroso, constante, respetuoso; un papá que está construyendo la memoria de su hija y por lo tanto; está construyendo a un ser humano fuerte, seguro, que se sabe amado; la está formando con su compañía, con su amor incondicional, con esos brazos fuertes que la rodean y la hacen sentir invencible…; pienso que cuando un papá te ve crecer y participa en ese crecimiento, es decir; cuando participa activamente en tu vida…, no se va, no se va nunca aunque se vaya, ese papá permanece contigo, se manifiesta en tu vida de muchas maneras, un papá que acompaña tu infancia, tu adolescencia, tu juventud, tu vida de adulto…, sin importar cuánto tiempo o cuál de esas etapas acompañe nunca te deja, porque tú no lo dejas a él; porque el amor siembra, el amor construye, el amor multiplica el amor y el amor de un padre permanece; así que si tienes un padre que te ama, ámalo más, si ya no está contigo, vive en su amor; si eres padre de un niño o de una niña, entrégate todo, ganarás mucho más de lo que puedes imaginarte, porque dicen y dicen bien, que “las cosas más importantes de la vida no son cosas”, y especialmente las mujeres, siempre, siempre, siempre, seremos la niña de papá, sin importar la edad que tengamos y ese regalo de vida es mutuo…, porque ahora entiendo que lo que hacemos o no hacemos por y con nuestros hijos, permanece para siempre.
P.D. Mi niña interior quiere creer que este mensaje de amor que ahora pongo en una botella, llegará a mi papá en el mar de amor que tanto compartimos.
@KarlaDoula