La paternidad desde una perspectiva budista
Cada niño está lleno de sueños, algunos serán realistas, otros ambiciosos, algunos los podrá alcanzar, en otros fracasará, pero es una experiencia que le pertenece a él.
La paternidad desde una perspectiva budista…
“Tus hijos no son tus hijosn son hijos e hijas de la vidan deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,n y aunque estén contigo,n no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,n pero no tus pensamientos, pues,n ellos tienen sus propios pensamientos.”
Khalil Gibran
La filosofía budista cree en la reencarnación. Cada niño llega al mundo con una misión, debe cumplir con su destino. Cuando un niño juega está aprendiendo y descubriéndose a sí mismo; su libertad y su creatividad no tienen límites. Entonces llegan los adultos, le cuestionan lo que sueña y le exigen que sea ambicioso: “termina tu tarea antes”, “¿no recuerdas cómo te fue en matemáticas?”, “¿quieres ser pintor?, ¿sabes cuánto debes trabajar para lograrlo?, y ¿sabes qué pasará si no lo logras?”
Es un círculo vicioso, estas frases te las dijeron en tu infancia y tú las comenzarás a repetir. Seguramente lo haces con la mejor intención: sólo deseas lo mejor para tu hijo; no quieres verlo caer, lastimarse y fracasar. Pero recuerda que ellos también deben tropezar para aprender. No quieras privarlos de subirse a la bicicleta por miedo al golpe. Así, nunca se atreverán a pedalear.
Cada niño está lleno de sueños, algunos serán realistas, otros ambiciosos, algunos los podrá alcanzar, en otros fracasará, pero es una experiencia que le pertenece a él. Nadie, ni sus padres, tienen derecho a impedirle recorrer ese camino.
No importa que lo hayas caminado tú mismo y hayas fracasado ¿Quién dice que tus hijos no encontrarán una nueva perspectiva?, ¿Les vas a negar su oportunidad?. Imagina que cada uno de sus sueños sea negado o cuestionado por sus padres. Su vida estará llena de sombras por todo lo que deseaba intentar y no se le concedió una oportunidad.
El poeta Khalil Gibran ya lo plasmó en palabras, cada niño tiene sus propios pensamientos, distintos a los de sus padres. No trates de imponerles tus ideas, tus ambiciones: ellos no te pertenecen.
“Tú eres el arco del cual tus hijos,n son lanzados como vivas flechas.
Deja que la inclinación,n en tu mano de arqueron sea para la Felicidad.”