Niñas y mujeres fuertes: Ni una menos.
Quiero mujeres que sean las heroínas de sus propias historias, que no necesiten ser rescatadas de nada ni de nadie, porque criando niñas despiertas a estas verdades que nos pertenecen la violencia tendrá menos espacio para herir, para acercarse, porque creo que el amor si puede cambiar el mundo, y el amor empieza desde adentro.
Niñas y mujeres fuertes: en estos días me rondan en la cabeza algunos pensamientos acerca del papel que vive la mujer como género en nuestra sociedad, en nuestro tiempo, y con profundo duelo leo sobre el maltrato constante llegando a la muerte y la desaparición de muchas mujeres que se van contando como #NiUnaMenos o #VivasNosQueremos. Esta idea me perturba, me hace pensar que ninguna estamos exentas de vivir y de sufrir violencia, no importa si es de género o no, me parece que carece de valor clasificar el tipo de agresión, cuando el resultado es denigrar, minimizar, sobajar, destruir…
Por supuesto que soy mujer y ahora madre y en algún tiempo mi único papel fue ser hija, y hoy con otros ojos reconozco el papel tan importante que tenemos los padres y las madres para formar hijas (hablando particularmente de mujeres) fuertes, de hierro, de fuego.
Quiero decir, que es momento de cambiar desde la infancia cierta fantasía por una buena dosis de fortaleza, de valor, de auto estima, de auto cuidado, de auto responsabilidad en nuestras niñas, para que, desde muy jóvenes aprendan a verse y a sentirse en sus máximas posibilidades, no estoy sugiriendo que adelantemos el crecimiento natural por edad, o que contaminemos sus mentes con discursos sobre la maldad y los peligros del mundo, estoy diciendo que las enseñemos a ver en ellas mismas a un ser íntegro solo por el hecho de ser y de estar, a que viva plena con la idea de que ella sola ya es, sin necesitar merecer o tener la compañía o la aprobación de nadie mas, mostrar a nuestras hijas la manera de encontrar su camino, sus preferencias, sus gustos, a hacer elecciones inteligentes y sensatas, pero sobretodo propias, sin que interfiera en ello el complacer a otros, incluyéndonos a nosotros como padres. Me refiero a cambiar la fantasía en la han crecido tantas y tantas mujeres convencidas de que solo valen si acaso llegan a estar con un hombre que las reconozca en su valor, como si por eso pudieran acaso lograr mas cosas, me refiero a esa falsa idea de que las mujeres necesitan ser rescatadas de la soledad. Me parece que son tiempos, desde hace mucho tiempo en los que la mujer ha demostrado de manera infinita su poder, su fortaleza, su resistencia, es ahora que debemos reconocerlos como ingredientes necesarios en la crianza de las niñas. Por supuesto que los rasgos femeninos de siempre nos seguirán dando la diferencia con el sexo opuesto y a mi en lo personal me deleita la femineidad, pero creo que debemos nos toca a los padres, a las madres, a todo adulto que tenga a su cargo la educación y/o formación de un niño o de una niña, enseñarles a ambos un nuevo concepto de belleza, que venga de adentro, de la capacidad y habilidad para ser felices y prósperos en la vida con lo que cada ser humano tiene a su alcance, a no someter a nadie mas en razón de debilidades que creemos innatas como el sexo o el género. Es verdad que ninguna mujer, pero tampoco ningún hombre merecen ser violentados en sus cuerpos, en sus pensamientos, en sus mentes…, pero eso, como muchas conductas humanas tiene origen en el nacimiento, en la crianza…
Por eso reflexiono acerca de la manera en que todavía nuestra cultura social, el colectivo requiere y somete a muchas mujeres para que crean que deben depender, que deben de obtener ayuda, aprobación, sostén, cuando la verdad es que las mujeres somos fuertes de origen y está mas que probado que cuando es necesario obramos cualquier cosa que nos proponemos a pesar de que, tristemente, a veces, enfrentamos algunas dificultades adicionales solo por el hecho de ser mujeres.
Normalmente escribo de maternidad, de crianza, de lactancia, pero esta vez me parece necesario (para descargar mi mente), escribir sobre el tipo de mujeres que visualizo para cambiar el mundo, este mundo, aquí y ahora. Estoy hablando sobre el sueño (totalmente real) de que nuestras niñas se reconozcan entre ellas y se acompañen desde ya en una tribu que se abrace, que se soporte, que tome ventaja positiva de nuestras fortalezas femeninas. Estoy hablando de criar una nueva generación de niños que puedan ver en esas niñas la posibilidad de aprender siempre de ellas de mil maneras, de complementarse si acaso, pero de existir cada uno plenamente de manera independiente. Estoy pensando que es momento de creer para crear mujeres en todo su esplendor desde niñas sea cual sea su elección al crecer, porque las mujeres tenemos este poder creador, organizador y una fuerza interna que en muchas vive dormida, amedrentada y que necesita despertar para ponernos al frente de nuestra propia vida, para tomar riesgos y experimentar sus consecuencias, ojalá en consciencia.
Implementar ligeros cambios en nuestra manera de criar niños y niñas puede lograr inmensos cambios en su evolución y desarrollo y claro que podemos desalentar y reducir la violencia desde casa, porque criar en la empatía, en la diversidad, en la solidaridad, en comunidad y sobretodo, en la verdad, solo puede dar como resultado niños y niñas que vayan creciendo en la congruencia del pensar, decir y hacer para replicarlo ellos mismos en sus vidas.
Las mujeres podemos conservar nuestra delicadeza, nuestra dulzura, nuestra femineidad desde la fuerza, desde el fuego, desde nuestra entraña, ser y existir felizmente, sin vivir esperando que algo tiene que suceder para ser felices, porque nosotras mismas nos hemos sucedido y eso es poder. Me parece que es el momento de criar y formar niñas y niños en libertad, libres de juicios y estereotipos que los limiten a un solo rol, a comportamientos esperados para ser calificados de buenos o malos, niñas y niños que puedan elegir libremente en una infinidad de opciones y que se apoyen mutuamente, pero que existan y subsistan por si mismos.
Yo no quiero “ni una menos”, ni una niña menos educada en la mentira, en la dependencia, en la debilidad, en la sumisión, yo quiero cada vez “una mas” que sea feliz, que sea plena, que su seguridad dependa de ella misma, que el amor exista en ella, que viva la belleza no como un concepto hostigador sino como una forma de vida reconociéndola en cada cosa, quiero niñas que florezcan como mujeres fuertes, seguras, enteras en ellas mismas, como muchas que hay, mujeres que empoderen a otras mujeres, para reconocernos entre nosotras y darnos la mano, el abrazo, la sonrisa. Quiero mujeres que sean las heroínas de sus propias historias, que no necesiten ser rescatadas de nada ni de nadie, porque criando niñas despiertas a estas verdades que nos pertenecen la violencia tendrá menos espacio para herir, para acercarse, porque creo que el amor si puede cambiar el mundo, y el amor empieza desde adentro.
#DíaInternacionalDelaMujer
Karla Lara
@KarlaDoula