Niños prodigio
No hay un consenso en cómo criar a un hijo prodigio, así como no hay un consenso en cómo criar a un hijo promedio. Lo que sí dicta la lógica es tener una buena comunicación con ellos.
¿Cómo educar a un niño de altas capacidades a un niño prodigio?…
Niño prodigio es la denominación que se da a la persona que a una edad temprana (diez años) domina uno o más campos científicos o artísticos. Algunos de los campos más comunes de los niños prodigios son las matemáticas, el ajedrez, las artes visuales y la música, como en el conocido caso de Mozart, aunque pueden darse también en muchas otras áreas.
En alemán e inglés se utiliza a veces el término Wunderkind (de wunder ‘milagro’ y kind ‘niño’) como sinónimo de niño prodigio, si bien la atribución de «niño milagro» se ajusta más a adultos que alcanzan el éxito y la fama al comienzo de sus carreras profesionales.
Se dice que entre más jóvenes sean los niños, es más fácil que aprendan nuevos idiomas, adquieran habilidades musicales o desarrollen algún talento. Pero muchos padres han llevado al extremo esta idea; presionan y a sus hijos y les exigen resultados a un límite tal que podría confundirse con abuso infantil. Este es el caso de Lang Lang, un pianista prodigio.
Sí hay casos en los que jóvenes músicos han llegado a niveles sobresalientes gracias a la exigencia de sus padres, pero sólo cuando todos están enfocados en el mismo objetivo. En otros casos bien pareciera que los padres han decidido meterse en la piel de sus hijos y dictarles cómo vivir, qué responder, qué piezas interpretar, cómo vestirse, a qué horas deben comer, dormir y jugar, etcétera.
No obstante, de esta forma los padres están interviniendo con el crecimiento de sus hijos, con la adquisición de experiencias. Se ha encontrado que un niño es capaz de interpretar grandes piezas clásicas que hablan del amor, la muerte y otros temas complejos gracias a su imaginación. Sin embargo, conforme pasa el tiempo y el joven o adolescente no ha aprendido por experiencia propia qué es el amor y qué es la muerte, la imaginación ya no basta. “Es por eso que muchos niños genios sufren crisis en su pubertad y adolescencia. Si su imaginación no se ha alimentado de experiencia, la habilidad de reproducir esos sentimientos se estanca”, dice Ken Noda, un prodigio del piano.
“La madurez, tanto en música como en la vida real, se gana viviendo”, confirma el violinista Yehudi Menuhin.
Los padres no deben confundir un desarrollo rápido con un desarrollo profundo. No se trata de empujar hasta un límite a los hijos (tampoco se trata de no creer en sus sueños y no prestar atención a sus talentos; se puede errar en cualquier dirección). No hay un consenso en cómo criar a un hijo prodigio, así como no hay un consenso en cómo criar a un hijo promedio. Lo que sí dicta la lógica es tener una buena comunicación con ellos: escucha cuáles son sus sueños, cuáles son sus gustos, y diferencia cuáles son tus propios gustos proyectados en ellos. Y recuerda que al final todo en esta vida debe hacerse con equilibrio.