¿Parir después de cesárea? ¡Sí! Infórmate
Existe la creencia ampliamente divulgada de que una vez que se ha tenido una cesárea, cualquier otro nacimiento debe darse igualmente por cesárea, sin embargo; si no existe una causa médica que lo justifique, el parto natural es posible
Al parto natural que sucede en la misma mujer después de que ha tenido un nacimiento por cesárea anterior se le conoce como “parto vaginal después de cesárea” y sus siglas son “PVDC”, o por sus siglas en inglés “VBAC” (Vaginal Birth After Cesarean).
En mis clases como Doula muchas veces me preguntan si es posible, o si es una opción tener un “parto” después de una o más cesáreas, mi respuesta siempre es: por supuesto.
Existe la creencia ampliamente divulgada de que una vez que se ha tenido una cesárea, cualquier otro nacimiento debe darse igualmente por cesárea, sin embargo; si no existe una causa médica que lo justifique, el parto natural es posible. En este tema, la información basada en evidencia resulta una gran aliada para tomar decisiones.
Algunos de los beneficios de tener un PVDC son:
• Evitar otra cirugía.
• Experimentar un tiempo de recuperación más corto que después de una cesárea.
• Menor riesgo de infección, pérdida de sangre u otras complicaciones de salud de la cesárea.
Algunos factores aumentan las posibilidades de lograr tener un PVDC:
• Que la cesárea anterior se haya efectuado por cualquier razón o condición médica que no exista en el presente embarazo.
• La incisión de la cesárea anterior fue horizontal en la parte inferior del útero (“incisión transversal baja”: se hace de lado a lado en la parte inferior del útero, donde la pared es más delgada con lo cual suele sangrar menos y forma cicatrices más fuertes y por ello es menos probable que se desgarre la cicatriz del útero durante el trabajo de parto).
• Este embarazo reporta buenas condiciones de salud de mamá y del bebé.
• El parto inicia de manera espontánea.
¿Cuándo puede resultar desaconsejado intentar tener un PVDC?
• En la cesárea previa se hizo una incisión que no es la incisión transversal baja.
• Existe alguna razón o condición médica por las que se recomiende una cesárea necesaria.
• El trabajo de parto es inducido artificialmente o intervenido de cualquier otra forma.
Si entendemos que la forma natural de nacimiento es el parto, y que la operación cesárea se debería de realizar únicamente cuando la primera no es posible por absoluta necesidad, entenderíamos que el cuerpo de la mujer siempre estará preparado para un parto natural.
Se ha demostrado que la forma de nacimiento incide en las condiciones de salud del bebé, así, el proceso de trabajo de parto favorece que el recién nacido haga una rápida transición desde su dependencia con la placenta a una total realización de mismo con su propio sistema respiratorio, dándose varios cambios en forma simultánea en el parto en sí: durante el paso del bebé a través del canal vaginal, se inicia la eliminación del líquido pulmonar.
Al nacimiento, diversos estímulos bioquímicos, térmicos, incluso táctiles, provocan la primera respiración del bebé y la oclusión del cordón umbilical. Cuando dicho proceso no ocurre o se ve interrumpido existe el riesgo de provocar al bebé el síndrome de dificultad respiratoria o de estrés respiratorio que puede retrasar la la adaptación cardio-pulmonar del recién nacido y esto ocurre con mayor incidencia en niños nacidos por cesárea.
Cabe mencionar también que cada cesárea aumenta, en futuros embarazos, el riesgo de tener placenta previa (se forma en la parte baja del útero obstruyendo parcial o totalmente el cérvix); y placenta accreta (cuando la placenta se implanta profundamente en la pared uterina y no se desprende de modo correcto durante el parto). Estas complicaciones pueden ocasionar una hemorragia potencialmente mortal y hacer que sea necesario recurrir a una histerectomía. Asimismo, un importante estudio reciente halló que cada cesárea aumenta el riesgo de algunas otras complicaciones durante el parto.
Un aspecto importantísimo que se favorece en el nacimiento por parto, es el apego o vínculo inmediato, es decir; la permanencia no interrumpida de mamá y bebé, que se favorece por el contacto piel con piel y que en muchos casos no se permite con la cesárea hasta que suceda la recuperación de ambos.
La primera hora del recién nacido es sin duda una critica en su vida, teniendo un papel vital en ella las hormonas que se secretan durante el trabajo de parto (oxitocina, prolactina, endorfinas, adrenalina, etc.), y que permiten que en este período sensible, se lleve a cabo un intercambio gratificante de sensaciones y actitudes entre la mamá y el bebé que favorece en ambos conocerse, reconocerse y adaptarse a su nueva vida.
Recordemos que el parto favorece el inicio de la lactancia aprovechando el reflejo de succión del recién nacido y el de eyección láctea de mamá, lo que se considera la primera inmunización del bebé por los beneficios y el contenido nutricional del calostro, lo que influye positivamente en la duración y éxito del amamantamiento.
Es una idea erróneamente extendida que una cesárea es condición previa para que se lleven a cabo otra u otras cesáreas en caso de futuros embarazos. Intentar el parto vaginal después de cesárea conlleva una serie de beneficios para la madre y el bebé que compensan por mucho el riesgo de sufrir una improbable rotura de útero, a pesar de que nos hagan creer, por la falta de información o ignorancia al respecto, que optar por un PVDC puede ser arriesgado o hasta peligroso.
Las mujeres podemos parir. Es importante estar informadas de todos los beneficios y riesgos de nuestras decisiones alrededor del embarazo y el parto. La satisfacción emocional que produce el PVDC es uno de los principales motivos por los que las mujeres quieren intentarlo, pero deben sumarse los beneficios para el bebé y para la madre que representa el no someterse a una cirugía mayor cuando puede evitarse. Contar con un médico que apoye nuestra decisión de un PVDC es primordial, debemos estar sintonizados y conectados para que nuestras necesidades y deseos sean escuchados y respetados. Parir requiere de apoyo, de infundir a la mujer seguridad y no miedos. Las mujeres podemos intentar PVDC, las probabilidades de tener un parto son mayores si no se interfiere con el proceso y la evolución natural del embarazo y el parto, si no se sobre medicaliza de manera innecesaria y si no se interviene, porque repito: las mujeres podemos parir y nuestro cuerpo, nuestra naturaleza, nuestra sabiduría ancestral femenina y nuestro instinto saben como.