Por qué tenemos antojos de azúcar (y cómo resistirse)

Por qué tenemos antojos de azúcar (y cómo resistirse)

Cuando descubrimos que cada alimento tiene ciertos efectos y que la comida puede ser deliciosa y sana, nos empoderamos y podemos vivir en simbiosis con las diversas fuentes animales y vegetales que ingerimos.

Por qué tenemos antojos de azúcar (y cómo resistirse). Como todos sabemos, consumir mucha azúcar, especialmente azúcares refinadas, puede tener diversas complicaciones para la salud. En ocasiones es difícil resistirse al magnético antojo de los dulces, pero saber cómo funcionan estos apetitos y conocer algunas opciones para dispersarlos puede ayudarnos a tomar control de nuestra alimentación.

Según el sitio Md, el deseo del azúcar está cableado en nuestro organismo desde la infancia, ya que el dulce es el sabor que preferimos desde que nacemos. Los carbohidratos estimulan la secreción de neurotransmisores asociados con el placer como la serotonina. Asimismo, el sabor del azúcar suele producir endorfinas que nos calman y relajan –en realidad el azúcar es la primera droga que probamos. Esto se convierte en un círculo que se retroalimenta a sí mismo: los alimentos dulces saben rico y nos hacen sentir bien, por lo que luego queremos volver a consumirlos.

A esto se suma el hecho de que algunas bacterias que forman parte de nuestro microbioma (el ecosistema que tenemos en el intestino) se alimentan preferencialmente de los carbohidratos y algunos investigadores creen que podrían incluso afectar nuestras conductas –vía la comunicación del eje-cerebro-intestino– para que consumamos los alimentos con los que pueden prosperar.

Otra posible explicación sobre por qué recurrimos al azúcar para sentirnos bien, tiene que ver con la propia memoria del intestino (el cual constituye una especie de segundo cerebro en el que se produce la mayor parte de la serotonina del cuerpo). Según el Dr. Emeran Mayer las experiencias positivas (o negativas) relacionadas con el consumo de ciertos alimentos en la infancia en cierta medida programan el funcionamiento de nuestro sistema digestivo.

Ciertos alimentos o ciertos patrones de alimentación podrían estar codificados en nuestro cerebro de tal manera que busquemos consumirlos para obtener cierta recompensa neuroquímica. Alimentos como la leche, la miel, el pan dulce y otros nos pueden remitir a una memoria maternal, infantil, que nuestro cuerpo busca reactivar cuando está un poco deprimido. Hacer consciente estas situaciones puede inmediatamente desactivar este deseo.

El problema de esto es que el exceso de consumo de azúcar está ligado a la obesidad, alta presión arterial, problemas del corazón y numerosas otras enfermedades.  

Md recomienda lo siguiente:

Ceder un poco— Comer con moderación lo que se te antoja, ejerciendo control: una galleta, un chocolate miniatura pueden acabar con tu estado de ansiedad. Pero ten cuidado de que no detonan un episodio entero.

Combina alimentos –Otra forma de comer poco de un alimento dulce menos nutritivo, es combinándolo con uno más nutritivo. Puedes comer un plátano con mantequilla de almendra o de coco.

Ayuno de azúcar— A algunas personas les funciona cortar de tajo su consumo de azúcares procesadas y ver los efectos que tiene en su cuerpo. Después de unos días  los antojos suelen disminuir.

Utiliza goma de mascar — Según el Dr. Dave Grotto existen estudios que muestran que la goma de mascar puede reducir los antojos de ciertos alimentos. Busca goma de mascar sin azúcar añadida y sin substitutos nocivos. 

La fruta es tu amiga — Mantén algo de futa cerca para cuando tienes un antojo de algo dulce. Pero ten cuidado con la fruta seca, ya que puedes consumir grandes cantidades de fructuosa sin darte cuenta.

Camina— Caminar o hacer un poco de ejercicio o meditar es una de las mejores formas de evitar un antojo, además de mejorar la digestión y ayudar a combatir cualquier problema gastrointestinal.

Come con regularidad— Algunas personas funcionan comiendo muchas veces poco; otras funcionan mejor evitando todo tipo de snacks, a veces incluso comiendo sólo dos veces al día. Lo importante es que mantengas regularidad, sepas lo que te funciona y evites “la alimentación irracional”.

Otra forma interesante de combatir el exceso de consumo de azúcar es informándote sobre lo que hace a tu cuerpo y aprendiendo un poco de nutrición. Cuando descubrimos que cada alimento tiene ciertos efectos y que la comida puede ser deliciosa y sana, nos empoderamos y podemos vivir en simbiosis con las diversas fuentes animales y vegetales que ingerimos. Entendemos que la comida puede ser nuestra medicina.

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