¿Qué actitud acerca del sexo debo tomar frente a mis hijos?
Eliminemos el mito de que “la plática del sexo” es vergonzosa e incómoda. Permitamos que nuestra propia sexualidad se transmita a través de nuestro afecto, respeto y trascendencia.
Sabes que necesitas mantener la calma cuando tu hijo de diez años te pregunta qué es el sexo. Respiras profundamente, evitando mostrar la ansiedad que esta pregunta provoca. Sin embargo, ¿qué respondes? O inclusive, ¿qué deberías responderle?
Ante el pánico de soltar verdades que puedan afectar, de algún modo, al desarrollo psicoemocional de nuestros hijos, a veces respondemos de una manera inadecuada (brusca, irracional, incompleta, dudosa).
Esta se trata de una prueba de fuego: ¿cómo deberíamos comunicar este tema tan complejo?, ¿qué percepción deseamos que nuestro hijo tenga acerca de su sexualidad?
La sexualidad es un concepto que abarca más allá de un simple coito. Es la expresión de nuestro sexo (hombre/mujer), nuestro género (saberse y sentirse como hombre o como mujer), nuestra orientación sexual, nuestro erotismo (diferente a la práctica sexual), placer ante todas sensaciones, reproductividad (la capacidad de procrear a un ser o proyecto similar a uno), nuestros vínculos afectivos e intimidad.
Por lo que, desde antes de nacer, un ser humano es un ser sexual (que tiene una sexualidad a expresar). A lo largo de su crecimiento, él o ella aprenderá a identificarse con ser niña o niño, a discriminar cuáles son las conductas esperadas de las niñas y de los niños, así como qué tipo actividades de las niñas y de los niños le gustan. Paralelamente, a través de la expresión de afecto entre papá y mamá, papás e hijos y de las parejas cercanas, no sólo formará sus esquemas de cómo son las relaciones afectivas, sino también otras nociones como la comunicación segura y confiable, la aceptación de su propio cuerpo, el respeto y la tolerancia a la diversidad (y no sólo sexual).
En consecuencia, la actitud que papá y mamá tengan acerca de su sexualidad será transmitida a través de la convivencia diaria: ¿cuánta flexibilidad y aceptación se expresa a la hora de que un niño llora o una niña toma el liderazgo en un trabajo en equipo?, ¿cuánto respeto y tolerancia se da a entender (a nivel verbal y no verbal) cuando se ve a alguien de una diferente cultura u orientación sexual?, ¿qué cosas expresas acerca de tu cuerpo y del de los demás?, ¿de qué manera y qué tan seguido expresas el amor hacia los demás?, ¿realmente cuán abierta está la comunicación en este tipo de temas?, ¿cómo reaccionas ante la sexualidad de otras personas?
Estas preguntas son sólo una guía que permitirán abrir un canal de comunicación con nuestros hijos. Eliminemos el mito de que “la plática del sexo” es vergonzosa e incómoda. Permitamos que nuestra propia sexualidad se transmita a través de nuestro afecto, respeto y trascendencia.
María José CA
Twitter de la autora: @deixismj