Toxoplasmosis y embarazo: deshacerte o no de tu gato
Hay muchos mitos alrededor del contagio de toxoplasmosis y las mujeres embarazadas y los gatos. Por ello nos dimos a la tarea de hacer algunas aclaraciones.
La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria ocasionada por el protozoo Toxoplasma gondii.La toxoplasmosis puede causar infecciones leves y asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al bebé en formación, ocasionando la llamada toxoplasmosis congénita. También puede revestir gravedad cuando afecta a inmunodeprimidos como infectados por el VIH sin tratamiento antirretroviral efectivo.
Se considera la enfermedad como una zoonosis, lo cual significa que, de modo habitual, se transmite desde los animales a los seres humanos a través de diferentes vías de contagio, siendo los principales hospedadores definitivos el gato y otras seis especies de felinos.
Las medidas de prevención son particularmente importantes en las mujeres embarazadas y consisten en normas generales de higiene para evitar la transmisión por alimentos o agua contaminada, no consumir carne cruda o mal cocida y evitar contacto con heces de gato.
Hay muchos mitos alrededor del contagio de toxoplasmosis y las mujeres embarazadas y los gatos. Por ello nos dimos a la tarea de hacer algunas aclaraciones.
4 GRANDES MITOS relacionados entre el embarazo y los gatos:
1. Los gatos son sucios.
Los gatos – y en general todo animal doméstico – es tan sucio o tan limpio como lo sea su dueño. Por lógica, si al gato le damos carne sin cocer o las sobras de la semana pasada, le limpiamos la caja de arena sólo cuando el hedor se hace insoportable y lo dejamos vagar entre los tarros de basura, ciertamente estará sucio.
Si en cambio, el gato recibe una buena alimentación, está desparasitado, tiene sus vacunas al día y vive en condiciones higiénicas apropiadas no será un animal sucio.
2. Los gatos transmiten enfermedades peligrosas para el bebé en formación.
Sí y solo si se presenta toxoplasmosis congénita. Contrario a la idea de que la sola presencia del gato baste para que una embarazada la contraiga automáticamente la toxoplasmosis se transmite:
Si estás embarazada y tienes un gato, evita ser quien se haga cargo de limpiar la caja de arena. Si el gato defeca en el jardín, siempre se recomienda usar guantes para manipular la tierra del jardín. Pero sobre todo, el lavado de manos es indispensable, el toxoplasma sólo se adquiere cuando es ingerido.
Importa saber que la principal via de contagio de la toxoplasmosis no son los gatos, sino el consumo de carne cruda o mal cocida.
3. Los pelos de gato son peligrosos durante el embarazo.
Si, los gatos sueltan pelo, igual que los perros y que los humanos. Es verdad que los pelos se asocian al asma y las reacciones alérgicas.
Ambas condiciones están relacionadas y, aunque en conjunto afectan entre un 11{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} a 15{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} de la población, sus efectos no suelen ir más allá de algunas molestias. Sólo cuando se trata de casos graves, la persona debería tomar medidas especiales o abstenerse de tener gatos (y no sólo durante el embarazo).
4. Los gatos son peligrosos para los bebés.
Cualquier mascota que entra en el hogar es un miembro más de la familia. Como tal quiere, extraña y también puede sentirse desplazada si se le ignora tras la llegada de un bebé. Es lo mismo que sucede con los hermanos, por lo cual rige la misma recomendación: no hacerlas a un lado. No olvidar seguirles dando amor.
Que los niños tengan mascotas los hace más empáticos, compasivos y fortalece su sistema inmunológico, desde una mayor resistencia a enfermedades (incluyendo asma y alergia) hasta la consciencia del valor supremo que es el respeto a la vida.
Durante el embarazo no es necesario regalar a nuestra mascota por una serie de mitos, lo mejor es INFORMARSE con personas adecuadas.
La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un transplante de un órgano de una persona infectada. Los felinos son un refugio natural para este parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato puede infectarse con toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada.
La toxoplasmosis generalmente no da síntomas, si acaso se presenta alguno puede ser: inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas por lo general leves como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor de garganta o sarpullido.
#DíaInternacionalDelGato