¿Y dónde está el papá?
¿Cuál es la mejor función del padre durante los años posteriores al nacimiento de su hijo? ¿Cómo se relaciona con la madre, con quien el lazo con el recién nacido parece mucho más estrecho? En su segunda colaboración en Mamá Natural, Hilda Arjona nos habla al respecto de este asunto.
La llegada de un bebé a casa viene acompañada de un sin fin de situaciones, suposiciones, miedos, dudas, etc. Pero sobre todo, viene acompañada de una reestructuración inminente en la relación de pareja. Quizá para todos sea obvio lo que tiene que hacer mamá, pero ¿y dónde está el papá?. Para responder esta pregunta quiero compartirles algunos párrafos extraídos del libro “La Maternidad y el encuentro con la propia sombra” de Laura Gutman, psicoterapeuta familiar y especialista en atención de madres con hijos pequeños y pareja. Uno de los libros que me acompañaron durante mi embarazo y confieso que fue de gran ayuda para entender muchos de los cambios a los que nos vemos sometidos al recibir el milagro de la maternidad en casa.
Según Laura Gutman, la función del padre tiene dos tiempos: sostén de los cero a los dos años (y al cual nos referiremos en este post) y el segundo la separación después de los dos años del niño, momento en que este empieza la separación emocional de la mamá construyendo su propio yo.
Gutman afirma que el sostén es una actitud difícil de comprender para madres y padres en los tiempos posmodernos. El sostén se refiere al cuidado y la contención ejercidos por el papá hacia la mamá para que ella pueda cumplir con su rol de madre, ¿y cómo lo hace?:
1.- Facilitar la fusión mamá-bebé, permitiendo a la mamá deshacerse de toda preocupación material y externa que no tenga que ver con amamantar, acunar, calmar, higienizar, alimentar y sostener al recién nacido.
2.- Defender la fusión del mundo exterior que está lleno de consejos, críticas, sermones que circulan acerca de lo que “hay que hacer”. Ser un intermediario entre el hogar y el mundo externo. Cuidar que mamá y el bebé dispongan de silencio, intimidad, confort y tranquilidad.
3.- Apoyar la introspección.- Acompañar a la madre en su encuentro y descubrimiento sobre la maternidad de una manera incondicional, sin tratar de ser muy racionales, en ese momento todo es emocional.
4.- Proteger.- Refiriéndose principalmente a lo económico. Liberar la mente de mamá de estas preocupaciones para que pueda sostener la fusión con el bebé y vivir el descubrimiento de su maternidad.
5.- Aceptar y amar a su mujer.- Lo esencial en este periodo es no cuestionar las decisiones o intuiciones sutiles de la madre que surgen como torbellinos incontrolables ya que responden a un viaje interior en el cual está embarcada y del cual no tiene el control. Se que este punto es uno de los más difíciles, solo hay que aceptar.
En muchas ocasiones los papás creen que no tienen nada importante que hacer si la mamá es la única que se ocupa del bebé. Sin embargo, en la medida que sostengan a su mujer, quedan por completo involucrados en esta relación de tres. No es necesario que el padre esté dentro del torbellino emocional que está viviendo mamá. Al contrario, se necesita alguien que mantenga su estructura emocional intacta sosteniendo el mundo material, para que mamá no se vea obligada a abandonar el mundo emocional en el que se encuentra sumergida. El padre no tiene que “maternar”, es decir cambiar pañales, dormir al bebé, bañarlo, aunque es una actitud bien recibida por cualquier madre agotada, el padre tiene que sostener a la mujer en su rol de madre:
Padre → Madre → Hijo
Gutman da un ejemplo que me encanta sobre una relación con una falta de sostén: “la madre necesita ser abrazada por su pareja, pero en lugar de hacer el pedido claramente, pide al varón que bañe al niño. El padre responde con exactitud al pedido explicitado. Sin embargo, la madre queda insatisfecha (dejó el baño mojado, la temperatura no era la adecuada, el niño lloró, etc.). En realidad su necesidad original (el abrazo) no fue formulada, por lo tanto no pudo ser complacida”. No me digan que no les suena familiar.
Pues bien, esta es una de las formas de reestructurar la relación de pareja durante este hermoso proceso. Si están viviendo este momento intenten hacer esto por una semana, consientan a su mujer, apapáchenla, cuídenla, se hará una costumbre y seguro les encantarán los resultados a los dos. Si ya no están en este momento pues sean buenos y compartan la información que a más de uno le puede caer de maravilla.
Les dejo el link a la página de Laura Gutman, ahí pueden conseguir el libro que de verdad recomiendo ampliamente e información adicional.
Nos vemos pronto.
Hilda
@MMIUXX
“Lo que se les hace a los niños,los niños harán a la sociedad”
Karl Menninger