¡¿El embarazo es contagioso?!
En Mamá Natural hablamos seguido de criar en tribu, de hacer tejidos emocionales y sociales con otras mujeres para apoyarnos y el embarazo es un gran momento para construir o fortalecer esas redes.
Suena raro, lo sabemos… mi abuela decía que las mujeres se embarazaban de “envidia” (razonamiento que no me gusta tanto y algunos antropólogos aseguran que es para la permanencia de la especia de tal manera que los bebés también crezcan en camadas…
Sabemos que en los grupos sociales nos empezamos a comportar imitando conductas de otros, es decir, siempre existe cierta mimetización…, en la familia, entre amigos cercanos, entre colegas… etc.
Al parecer algo parecido sucede con los embarazos, de manera que cuando una mujer se embaraza, las mujeres a su alrededor tienen más probabilidades de quedarse embarazadas también. Hay quien dirá que es una cuestión lógica de edad, sin embargo, los estudios lo confirman: el embarazo es “contagioso”.
En realidad es un tema de ganar confianza, de ganar seguridad y de imitación.
Ya en 2012 se hablaba de un estudio que llegaba a dicha conclusión. Dicho estudio se llevó a cabo en la Universidad alemana de Bamberg, donde analizaron el comportamiento de 42.000 mujeres de 7.600 empresas. En el estudio observaron que durante el año posterior al embarazo de una trabajadora se duplicaba la posibilidad de que sus compañeras quedaran también embarazadas.
La explicación que dieron los investigadores fue que, al ver a una mujer, compañera o amiga, embarazada o ya con su bebé, las otras mujeres experimentan el deseo de ser madre y ven aumentada su autoconfianza en sus capacidades para serlo.
Otro estudio estudio publicado en 2014 llegaba a una conclusión similar al observar las interacciones de 1.700 mujeres durante 15 años, desde los 15 hasta los 30 años de edad.
Vieron que tener un hijo (o no tenerlo), se relacionaba en gran medida con lo que hicieran las amistades de cada mujer. Algo similar sucedía a la hora de decidir tener relaciones sexuales, comprometerse con un sindicato, utilizar métodos anticonceptivos… Si una hacía algo de esto, las mujeres de su entorno tenían más probabilidades de hacer lo mismo.
Así, vieron que cuando una mujer tenía un bebé la probabilidad de que sus amigas tuvieran también un bebé se multiplicaba por dos en un plazo de unos dos años. Pasados esos dos años, la probabilidad volvía a descender.
Los investigadores concluyeron, que cuando una decisión vital va ligada a momentos de incertidumbre, cuando hay muchos factores asociados a esa decisión, muchas cuestiones que valorar, el hecho de ver a alguien conocido dar el paso anima al resto a hacerlo también.
Vamos, que el ver a otras mujeres cercanas siendo madres puede llegar a hacer que se sientan capaces de ser madres también en ese momento concreto de sus vidas.
Al final, cuando una mujer decide ser madre, siempre será útil o sumará que pueda estar o ser cercana a otras mujeres que ya lo hayan sido o estén cercanas de hacerlo. En Mamá Natural hablamos seguido de criar en tribu, de hacer tejidos emocionales y sociales con otras mujeres para apoyarnos y el embarazo es un gran momento para construir o fortalecer esas redes.