El machismo es malo para la salud, según la ciencia

El machismo es malo para la salud, según la ciencia

El machismo cada día está peor visto. Este tipo de actitud tiene consecuencias negativas para quienes las sufren (especialmente las mujeres). Pero la novedad es que un estudio acaba de revelar que también es malo para quienes lo practican.

El machismo es una expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de quien sostiene que el varón es por naturaleza superior a la mujer.

El machismo es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como sujeto indiferentemente de la cultura.

Un estudio publicado recientemente por la Asociación Psicológica Americana (APA) en el Journal of Counseling Psychology afirma que adoptar ciertas actitudes asociadas con el machismo resulta perjudicial para la salud física y mental de hombres y mujeres, además de entorpecer el funcionamiento social del sujeto y sus relaciones personales.

El estudio, que resume los hallazgos de casi 80 estudios separados e involucró a cerca de 20 mil hombres, concluye que no sólo son las mujeres quienes sufren las consecuencias negativas del sexismo —que incluyen discriminación, violencia verbal y física, acoso y un trato despectivo—, sino que también los propios hombres ven seriamente afectada su salud mental al adoptar actitudes tóxicas asociadas al machismo tales como el exceso de autoconfianza, obligaciones sexistas autoimpuestas, la idea de la dominación de las mujeres y la promiscuidad. En contraste, otras actitudes machistas, tales como dar prioridad al trabajo y a la carrera profesional sobre la vida personal, no parecen afectar negativamente a los hombres.

El análisis de los datos recabados en los estudios también mostró otra tendencia negativa: cuando a los hombres se les educa para ser autosuficientes, ocultar o reprimir sus emociones, y buscar la mera gratificación sexual en lugar de relaciones trascendentes y enriquecedoras, son menos proclives a buscar ayuda psicológica cuando la necesitan.

De igual modo, Michael Addis, psicólogo e investigador en la Universidad Clark de Massachusetts, afirma que la presión social sobre los hombres por cumplir con los estereotipos de género disminuye su capacidad de manejar efectivamente el estrés de la vida moderna. En estos casos, asumir el rol masculino tradicional parece promover la violencia y el conflicto, pues un hombre con altas presiones laborales puede optar por descargar su frustración “como un hombre”, tornándose violento con su esposa e hijos, en lugar de mostrarse vulnerable y buscar su apoyo o comprensión.

En opinión de los expertos, este estudio servirá para entender de manera más profunda las repercusiones psicológicas y sociales derivadas de los roles masculinos tradicionales, y podrá motivar un cambio para alejarse de las actitudes masculinas “tóxicas”.

Y, por si todo lo anterior fuera poco, el estudio todavía arrojó un último resultado igualmente alarmante. Y fue el hecho de que los varones con actitudes sexistas eran menos propensos a buscar ayuda psicológica para sus problemas emocionales.

Nota tomada de La Vanguardia.

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