Lactivismo y la Revolución Blanca
La reflexión debe ser entonces identificar de qué manera podemos contribuir para proteger, fomentar y defender la lactancia materna como un derecho natural, como parte de nuestra ecología.
Ser “Lactivista” es apoyar la lactancia materna libre de prejuicios o críticas, se trata de defender el derecho que tiene toda madre y todo bebé de amamantar y ser amamantado. Es un término que se utiliza para describir a la persona que promueve la normalización de la lactancia libre de cualquier tipo de discriminación.
Resulta sorprendente que en nuestros días todavía hay quienes refieren que existimos mujeres que amamantamos “en público”. El tema a reflexionar es que la mujer que amamanta simplemente satisface una necesidad básica de su recién nacido o de su niño: la alimentación, no amamanta “públicamente”, lo hace como su bebé se lo demanda y eso muchas veces requiere que lo haga donde sea necesario. Así, tristemente, muchas mujeres han sido discriminadas de diversas formas por ejercer su lactancia de manera natural, es decir; dónde estén. Muy seguido podemos leer que en algunas tiendas, restaurantes, centros comerciales, parques y en un sin número de lugares públicos, las mujeres son criticadas por amamantar, incluso son invitadas a no hacerlo o a retirarse del lugar, si insisten en lactar. Esta discriminación se ha extendido a las redes sociales en las que se han censurado algunas fotografías que muestran imágenes de mujeres lactando a sus hijos.
Si buscamos información al respecto, podemos encontrarnos con un debate que resulta válido hasta cierto punto, pues las políticas de uso de ciertas redes sociales no permiten subir contenidos que puedan considerarse abusivos por ser pornográficos y de los que se pueda hacer un mal uso, este razonamiento resulta lógico, lo que no es coherente, es considerar a la lactancia materna y su difusión como imágenes inapropiadas de manera general o absoluta.
Los seres humanos somos mamíferos, esto significa que tenemos glándulas mamarias que producen leche para alimentar a nuestras crías y esas glándulas mamarias en las mujeres se asocian anatómicamente con los senos, lo que ha desvirtuado la naturalidad de la lactancia para darle connotaciones de tipo sexual y a veces hasta pornográfico, lo cual es solo resultado de la ignorancia y muchas veces de la doble moral con la que manejamos nuestro actuar.
Ante la censura que se ha dado sobre algunas imágenes y fotografías que documentan la lactancia como un acto natural para alimentar a nuestros bebés, muchas mujeres han optado a manera de protesta, por subir sus propias fotografías amamantando a sus hijos en sus perfiles de redes sociales como facebook, twitter, etc., para mostrar su inconformidad contra la discriminación y censura de la lactancia y la han denominado la “revolución blanca”.
Con esta “revolución blanca” se han hecho públicas cientos de fotografías de mujeres amamantando en diversos lugares, momentos y circunstancias con la única intención de reivindicar la naturalidad y los beneficios de la lactancia materna, porque amamantar no puede considerarse obsceno o impropio bajo ninguna circunstancia que no sea la ignorancia, porque amamantar es un derecho, es una necesidad y es un tema de salud pública. Y esto último es lo único que merece especial consideración, más allá de ser o no correctos los métodos de censura de contenidos en las redes sociales, lo que importa es entender de una vez por todas que la lactancia materna pertenece a la naturaleza femenina como pertenece cualquier otro proceso fisiológico y que, lo que no debería ser aceptable es que nuestra educación y la de nuestros niños que serán futuras madres y padres no evolucione hacia la libertad y la aceptación de lo mejor para nuestra salud, no es aceptable que en una época en la que tenemos los medios para difundir información valiosa en todos los sentidos, califiquemos de inadecuadas imágenes que muestran nuestra naturaleza mamífera.
La reflexión debe ser entonces identificar qué estamos haciendo mal y de qué manera podemos contribuir cada uno de nosotros para proteger, fomentar y defender la lactancia materna como un derecho natural, como parte de nuestra ecología. Con esto los invito a reconocer a las mujeres que amamantan, porque es una manera de cambiar su mundo y el de todos nosotros, porque la lactancia es salud, porque es amor, porque es naturaleza y porque es un derecho.
Todos podemos ser lactivistas, cambiar nuestra manera de ver las cosas puede hacer la diferencia, eduquemos a los demás sobre la lactancia y los beneficios para la mamá y su bebé, respetemos la lactancia en todos sus momentos, dejemos de etiquetarla como “pública”, no se trata de exhibir nada ni de contrariar a nadie, se trata de conectar con nuestra naturaleza mamífera, se trata de disfrutar de nuestra maternidad, de criar hijos sanos y felices, de apoyarnos como seres humanos en nuestros procesos naturales diseñados para mejorar nuestra vida, discriminar o criticar la lactancia nos daña a todos, sí, los senos pueden hermosos en todas sus formas, sí, es verdad que se identifican como un símbolo de feminidad, pero más allá de ello, vamos pensando en la naturaleza intrínseca de esos bellos senos y su increíble capacidad de producir ese oro blanco irremplazable que es la leche materna. Si entramos en duda, basta echar una mirada a tantas obras de arte que a través de la historia de la humanidad han enaltecido la lactancia materna.
Karla Lara
Twitter de Karla Lara: @KarlaDoula