Neurocientíficos en Francia investigan el momento en que un bebé adquiere consciencia
La conciencia es posiblemente uno de los rasgos evolutivos más sorprendentes y más misteriosos que consiguió el ser humano
Neurocientíficos en Francia investigan el momento en que un bebé adquiere consciencia…
La conciencia es posiblemente uno de los rasgos evolutivos más sorprendentes y más misteriosos que consiguió el ser humano, una característica del llamado “intelecto superior” que, en menor grado, solo poseen otras especies como los chimpancés, los delfines, los elefantes y otros.
En el caso del ser humano, uno de los principales propósitos de la neurociencia contemporánea ha sido develar el momento en que, cerebralmente, una persona adquiere conciencia de sí misma, ese instante en que el cerebro ha alcanzado el desarrollo que le permita identificar todo lo que somos como alguien en sí, alguien distinto a los otros, único en varios sentidos.
De acuerdo con una investigación reciente llevada a cabo por científicos del Centre national de la recherche scientifique (CNRS), existe un patrón cerebral que, hasta el momento, es una de las pistas más promisorias para explicar el problema de la conciencia.
Cuando los sentidos perciben algo (digamos, un objeto en movimiento) el centro de visión del cerebro se activa. Lo interesante es que dicho estímulo, pro su velocidad, puede desaparecer, pero el cerebro lo mantiene en nuestra percepción hasta que las señales que lo procesan van de la parte posterior del cerebro al córtex prefrontal (la llamada “última onda lenta”, “late slow wave”), lo cual culmina con la toma de conciencia de un suceso. En promedio todo esto le toma al cerebro poco menos de 1/3 de segundo.
En la investigación del CNRS la pregunta fue si esto mismo que ocurre en un cerebro adulto también se encuentra en el cerebro de un bebé.
Para saberlo, se monitorearon los cerebros de casi 240 bebés, de los cuales dos tercios fueron descartados por ser demasiado jóvenes para el estudio. Con los 80 restantes, cuyas edades fueron de 5, 12 y 15 meses, se realizó el experimento de mostarles la fotografía de un rostro en una pantalla por apenas una fracción de segundo al tiempo que se monitoreaba su actividad cerebral.
De acuerdo con Sid Kouider, neurocientífico del CNRS, solo los niños de 1 año de edad o más presentaron actividad cerebral similar a la de un adulto, aunque tres veces más lenta. Asimismo, los bebés de 5 meses mostraron una “onda lenta”, aunque más débil y difusa que la de sus colegas de mayor edad. Según Kouider, la edad más temprana en que esta puede observarse es a los 2 meses.
Aunque los resultados no son conclusivos, la presencia de la onda lenta es indicio de pensamiento consciente, pues significa que la percepción del estímulo se almacenó brevemente en la llamada “memoria de trabajo” del cerebro, uno de los elementos más básicos de la conciencia, sin la cual, incluso en términos filosóficos, esta no sería posible: ¿qué sería si no pudiéramos recordar uno solo de esta sucesión de instantes presentes que llamamos existencia?
En suma, este puede ser uno de los estudios más promisorios para saber, por fin, qué vuelve consciente de sí a un ser humano.
[Wired]